México tiene menos de un mes para convencer a Donald Trump de desactivar su granada arancelaria. Tras horas de volatilidad en los mercados y nerviosismo en el empresariado por el golpe que supondría un arancel del 25% sobre las exportaciones mexicanas, la presidenta Sheinbaum consiguió el aplazamiento de la medida por 30 días.
El tiempo apremia, por ello, el Gobierno ha cerrado filas este martes con los empresarios de cara a las próximas mesas de negociación con EE UU.
Al dar el banderazo de salida a su estrategia, la presidenta, Claudia Sheinbaum, relató, con emoción en su voz, las horas cruciales que vivió tras el anuncio de Trump: “Sabía que quería encontrar una salida, por eso decidimos no poner aranceles, porque dijimos: la primera opción siempre es el diálogo, entonces, en mi mente, lo que había era: ‘Encontremos la pausa para las tarifas y el diálogo con EE UU”, contó.
Frente a la plana mayor del empresariado, Sheinbaum agradeció el apoyo de las principales cámaras empresariales tras el amago de Trump y les pidió apoyo para hacer fortalecer a la economía mexicana y a acelerar la implementación del Plan México.
Algunos de los empresarios que respondieron al llamado del Ejecutivo en Palacio Nacional fueron Carlos Slim Domit, presidente de Grupo Carso; Daniel Servitje, presidente de Bimbo; Claudio X. González, fundador de Kimberly Clark México; Julio Carranza, presidente de la Asociación de Bancos de México, entre otros.
La segunda economía de América Latina obtuvo un periodo de gracia para maniobrar y tratar de esquivar la baza de los aranceles de Trump. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ha dado algunas señas a los empresarios mexicanos de cuáles serán los pasos por seguir: “Tenemos que redefinir nuestra relación económica con Estados Unidos, ya no es lo que era, y vamos a encontrar el camino para ello, porque somos el mejor socio que tiene Estados Unidos.
Lo que ganó nuestra presidenta Sheinbaum es la posibilidad de que México proponga, sin arancel, así que vamos a poder proponer, persuadir y convencer”, confío Ebrard.Con pulso quirúrgico, el secretario de Economía prometió que trabajarán sector por sector.
En este propósito, el Gobierno ha elegido al Plan México —la estrategia de inversión sexenal— como la brújula para navegar. La estrategia sexenal de Sheinbaum, presentado en enero pasado, busca que el 50% de la proveeduría y el consumo nacional sean hechos en México, además, de elevar en un 15% de contenido nacional en los sectores: automotriz, aeroespacial, electrónico, semiconductores, farmacéutico, químico, entre otros.
El documento promete que a 2030, México aterrizará inversiones por 277.000 millones de dólares, creará 1,5 millones de empleos y situará al país entre las primeras diez economías del mundo.Ebrard culminó su mensaje pidiendo el apoyo de los empresarios para apuntalar las estrategias del Plan México, y en específico, para relanzar el programa Hecho en México, un distintivo oficial que identifica los productos hechos en México.
El programa ya había sido implementado en 2017. “Vamos a pedirles que nos apoyen, que nos ayuden, para el relanzamiento de esta tarea, Hecho en México. Quiero invitarlos a que nos apoyen, a que nos ayuden a la negociación comercial con Estados Unidos y a recuperar nuestra plataforma, nuestra propuesta”, zanjó el secretario.
El Gobierno de Sheinbaum llegará a las mesas de trabajo con Estados Unidos con cifras y datos sobre los beneficios que México ha aportado al mercado estadounidense. Desde autos y autopartes hasta aguacates, cada año el país envía más de 466.000 millones de dólares en exportaciones al vecino del norte. Desde 2023, México rebasó a China y se convirtió en el principal importador de EE UU, aportando el 15% de las compras internacionales que realiza ese país.
Con información de: El País
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