En la misa celebrada en la Basílica de Santa Sabina con motivo del inicio del camino penitencial, el Cardenal Penitenciario Angelo De Donatis leyó la homilía de Francisco: este período que nos redimensiona es una invitación a reavivar la esperanza. La celebración estuvo precedida por la procesión penitencial desde la iglesia de Sant’Anselmo all’Aventino.
Las palabras de Francisco se entrelazan con la fragilidad y la esperanza: palabras clave que acompañan el camino de la Cuaresma hacia la Pascua. En efecto, las cenizas nos recuerdan lo que somos, pero son también la esperanza de lo que seremos.
El gesto de inclinar la cabeza para recibir las cenizas es una invitación a mirar dentro de nosotros mismos. «Las cenizas, en efecto, – recuerda el Papa nos ayudan a hacer memoria de la fragilidad y de la pequeñez de nuestra vida. Somos polvo, del polvo hemos sido creados y al polvo volveremos. Y son tantos los momentos en los que, mirando nuestra vida personal o la realidad que nos rodea, nos damos cuenta de que la existencia del hombre “es tan sólo un soplo”».
Nos lo enseña sobre todo la experiencia de la fragilidad, que experimentamos en nuestros cansancios, en las debilidades que debemos afrontar, en los miedos que nos habitan, en los fracasos que nos queman por dentro, en la caducidad de nuestros sueños, en el constatar qué efímeras son las cosas que poseemos.
Con información de: Vatican News
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