Se fijan las obligaciones del Estado para fomentar el cultivo, innovación, investigación, conservación y asistencia técnica en el uso de las semillas nativas.
Mientras el oficialismo celebró la reforma, porque dijo que se protegerán todas las especies de maíz nativo, el panismo, que fue el único que se opuso, recordó que ya existe una ley que protege todas las especies nativas del maíz.
Además, el líder de los senadores del PAN, Ricardo Anaya, utilizó el libro Los Transgénicos. Oportunidades y Amenazas, de Víctor Villalobos, exsecretario de Agricultura del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, para responder al morenismo que no existe evidencia científica en torno al supuesto daño a la salud del maíz transgénico.
Los morenistas se molestaron. Gerardo Fernández acusó que la defensa del PAN al maíz transgénico responde a su decisión en favor de empresas y como Anaya comentó en tribuna que el maíz transgénico se consume en las hojuelas de maíz que se sirve en los desayunos, Gerardo Fernández expresó que lamenta que Anaya le dé esos productos a sus hijos.
De inmediato, Anaya exigió a Fernández que no se meta con sus hijos y lo retó a demostrar que tienen intereses con esas empresas; si lo hace, el panista renuncia a su escaño, dijo.La tensión se superó y la reforma fue enviada a los congresos estatales.
Con información de: Excélsior
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